Y cual rayo desapareció...

5 comentarios:

Pilar dijo...

La velocidad le permitió conservar su rabo...¿Quien no ha sido pequeño alguna vez?

almena dijo...

Pilar, vista y no vista. Esa rendijilla en una escalera que yo estaba bajando, era su refugio.

Leodegundia dijo...

Simpáticas y ágiles son las lagartijas y con razón se esconden a toda prisa pues ellas saben del poco respeto que los humanos les profesan.

almena dijo...

Desde luego, Leodegundia, que se les profesa poco respeto a las pobrecillas.

Yo no sería capaz de tocarlas pero... ¡es verdad que es una animalillo simpático!

Blog de alma dijo...

Tomando el solecito